Andrés Manuel López Obrador en el Woodrow Wilson International Center for Scholars

Andrés Manuel López Obrador tendrá un espacio de expresión el día 11 de octubre en el Woodrow Wilson International Center for Scholars, con motivo de los Diálogos con México. La presentación la realizará Lázaro Cárdenas Batel. Andrés López Obrador es presentado por el Woodrow Wilson International Center for Scholars como «El ex-alcalde de la Ciudad de México…actual candidato presidencial para el 2012».

El vocabulario político de Manuel López Obrador

Jesús Silva-Herzog Márquez publica hoy un artículo titulado Oligarquía. Concepto en desuso en el vocabulario de los políticos en México, pero no en el de Manuel López Obrador. Escribe Jesús: «Estamos atrapados en un régimen oligárquico. Lo dice Andrés Manuel López Obrador todos los días y tiene razón».  En este punto López Obrador y Jesús Silva-Herzog Márquez tienen razón.

Economía, riesgo y sociedad global

Economía, riesgo y sociedad global

 

Noé Hernández Cortez*

noe.hernandez@gmail.com

Recientemente el liberal heterodoxo John Gray nos ha recordado el razonable diagnóstico de Carlos Marx sobre la faceta revolucionaria del modo de producción capitalista, que con su propia fuerza dinámica llegaría a consumir a su creadora: la civilización burguesa. La “sociedad burguesa” -para traer a nuestros días una desusada expresión de la gramática de la economía política del siglo XIX- se ha reunido en estos días en el Foro Económico Mundial para tratar, entre otros temas de su apretada agenda, el de los riesgos de la sociedad global. Su reciente reporte Global Risks 2011. Sixth Edition. An initiative of the Risk Response Network, es un estudio interesante y sugerente para la reflexión en el campo de la economía.

            Hay que recordar que la institución del Foro Económico Mundial inició como un proyecto meramente europeo y concentrado exclusivamente  en el estudio de la economía, cuyo tema de estudio primordial era la dinámica industrial de la economía europea y su proyecto de integración, de prácticas comerciales y de negocios, en un mercado con reglas explícitas y compartidas. Ahora la agenda del Foro Económico Mundial es amplia y responde precisamente al marco de los riesgos globales en que se insertan los mercados.

            Los riesgos globales que presenta este reciente reporte dado a conocer en Davos se comprenden como un tejido de redes, que se pueden llegar a concatenar en los momentos álgidos como un efecto dómino. Los riesgos de carácter mundial que le da seguimiento este reporte son los riesgos económicos, ambientales, tecnológicos, geopolíticos y sociales. Lo contrastante en el Foro Económico Mundial es el optimismo de los discursos de los líderes empresariales y políticos con el discurso realista y sobrio de los estudios académicos.

            En economía la noción de riesgo se empezó a usar para describir y estudiar los mecanismos dinámicos para la obtención de ganancias en los mercados. Fue el economista Frank H. Knight en su memorable libro Risk, Uncertainty, and Profit, quien examinó las actividades de los empresarios en escenarios con un alto grado de riesgo en la obtención de beneficios. Así, la tarea del economista era estudiar la probabilidad de manejar los riesgos inherentes a los mercados. Con esta idea Frank H. Knight quería exorcizar a la economía del optimismo liberal de los economistas clásicos, cuyo escenario de los intercambios comerciales suponía un entorno de mercados perfectos, esto es, el equilibrio era dado por la oferta y la demanda: el juego en la arena económica sólo de compradores y vendedores.

            Ahora como observamos en este excelente reporte académico del Foro Económico Mundial los riesgos están interconectados, así pues la crisis financiera en el fin de la década pasada, provocó un efecto dómino que tocó las esferas de lo político y social. La economía juega entonces con muchas más variables de lo que creían los clásicos como bien observó Douglass C. North. Atendamos, pues también los estudios académicos que se presentan en este Foro como se atienden los discursos de los líderes políticos y empresariales. No está demás decir que los políticos y los empresarios se mueven en escenarios de alto riesgo.

 


* Candidato a Doctor en Investigación en Ciencias Sociales con especialidad en Ciencia Política, Flacso, Sede México.

EN DOCUMENTO: Economía, riesgo y sociedad global

Francisco I. Madero y el espacio de lo político:un análisis del discurso

Mi ensayo Francisco I. Madero y el espacio de lo político. Un análisis del discurso fue publicado originalmente en la Revista Indagación Veracruz No. 3 , 2010. A continuación reproduzco íntegro dicho ensayo.
 
Francisco I. Madero y el espacio de lo político: un análisis del discurso.

Noé Hernández Cortez

Introducción

Un campo de investigación fructífero para la ciencia política es su relación epistemológica con la historia. La ciencia política construida a partir de los supuestos de la teoría de la elección racional y de la teoría de juegos es renuente en ciertos círculos académicos a prestar atención a la contingencia, el azar, propio del ámbito de la historia. No obstante, la ciencia política europea, principalmente la tradición anglosajona ha venido realizando estudios dentro de la teoría política en donde hace coincidir el andamiaje teórico propio de la ciencia política con los métodos interpretativos de la historia. Iain McLean en su estudio Political Science and History: Friends and Neighbours [1] traza los vasos comunicantes entre la ciencia política y la historia: los historiadores deben estar atentos a los modelos estadísticos de la ciencia política y los politólogos aprender de los historiadores el sentido interpretativo del contexto espacio-tiempo.  
 
   
Si bien es cierto que Iain McLean piensa en la ciencia política apoyada en los modelos formales, lo interesante es su propuesta por encontrar vínculos de rutas paralelas de investigación entre la historia y la ciencia política. Una esfera de intersección entre la ciencia política y la historia es el análisis del discurso político. Así en el presente ensayo nos proponemos hacer un examen del discurso político desde la óptica de la ciencia política europea tal como la concibe el politólogo Ernesto Laclau.[2]
 
 
Constructor  de una teoría política posestructuralista, Laclau concibe el discurso como una ontología social en donde los actores políticos crean espacios discursivos de poder como prácticas políticas. De acuerdo con Laclau, cuando termina la política inicia lo político, es decir, cuando las reglas del juego institucional de la política no son suficientes surge la vía alterna del conflicto, del espacio de lo político.
 
 
Sobre esta lectura de la política y lo político de Laclau vamos a realizar un análisis del discurso sobre dos textos claves en el discurso político de Francisco I. Madero: La Sucesión Presidencial en 1910 (1908) [3] y El Plan de San Luis (1910). [4] Nuestras preguntas centrales de nuestro análisis del discurso maderista son  ¿Cómo Madero transformó su discurso democrático por un discurso revolucionario? ¿Cuáles son los significantes discursivos por medio de los cuales se comprende el paso de un discurso de la política a un discurso de lo político in extremis?  Esta propuesta de lectura del discurso político de Madero intenta señalar el proceso de cambio de un discurso inicial que defiende el método democrático de la política a un discurso que exalta el discurso revolucionario propio del espacio de lo político.
 
 
Esta lectura consideramos que va a contracorriente de la lectura de historiadores liberales como Enrique Krauze,[5] quien ven en Madero un artífice de la democracia en México, considero que Madero también es el artífice de un pensamiento revolucionario: el propósito es mostrar las dos caras de la misma moneda.
 
 
1908: La Sucesión Presidencial en 1910
 
 
En 1908 inicia a circular un libro portentoso por su retórica política: La Sucesión Presidencial en 1910 de Francisco I. Madero. Próxima las celebraciones del centenario en 1910, empieza a correr en el ambiente de la prensa las palabras que articularán el discurso político de Madero: “libertad”, “elecciones libres” y “democracia”. El vocabulario político de Madero se nutre de intensas metáforas que construyen el imaginario político de su beligerante retórica. En esta nueva retórica que proviene de la élite económica y política, se descifran los obstáculos para la instauración de la democracia en México. Porfirio Díaz encarna el régimen político  hegemónico que ha construido su poder absoluto  con base en la violencia y la violación de las libertades políticas de los mexicanos. En su exposición de motivos sobre la razón de ser  de La Sucesión Presidencial en 1910, Madero hace una  acusación pública a Díaz, constituyendo así discursivamente al “enemigo” del “Pueblo Mexicano”. El diagnóstico político de Madero era el siguiente:
 
 
[…] Entonces comprendí que no debíamos ya de esperar ningún cambio al desaparecer el Gral. Díaz, puesto que su sucesor, impuesto por él á la República, seguiría su misma política, lo cual acarrearía grandes males para la patria, pues si el pueblo doblaba la cerviz, habría sacrificado para siempre sus más caros derechos, ó bien, se erguía enérgico y valeroso, en cuyo caso tendría que recurrir á la fuerza para reconquistar sus derechos y volvería á ensangrentar nuestro suelo patrio la guerra civil con todos sus horrores y sus funestas consecuencias[6]
 
 
 
La posibilidad de una guerra civil es latente, pero no es el escenario político deseable según los argumentos de Madero. La democracia si bien desaparecida en el horizonte del régimen militar de Díaz es el único método popular por el cual hay que emprender la lucha política. En la retórica política de Madero la democracia es lo “popular”, la “voluntad del pueblo mexicano”, y su traductor y guía para instaurarla en México es el propio Madero.
 
 
El poder absoluto -nos enseña la historia, según Madero- genera las tiranías y nulifica la esfera de la política. La arquitectura del poder absoluto se edifica en la arbitrariedad y no en el estado de derecho; en las decisiones personales del dictador y no en el libre albedrío del pueblo. En las vísceras del poder absoluto reside el aparato opresor que es el ejército, violador sistemático de los derechos políticos de los ciudadanos: ese conglomerado, que Madero exalta como “pueblo” o “voluntad popular”, son ecos de la democracia en términos rousseaunianos.
 
 
Laclau en su ensayo Sobre los nombres de Dios [7] argumenta como un significante vacío como es el de Dios, puede abrazar otros significantes para otorgarles sentido. El místico busca lo absoluto en Dios, sed de plenitud en lo divino. De ahí que su discurso aspire a encontrar la plenitud espiritual en su contacto directo con Dios.
 
 
De manera análoga en el discurso político, el retórico de la política busca la plenitud social a través de su discurso que encarna al “pueblo”, significante vacío, que le da sentido al siempre cambiante e inestable discurso político. Por analogía podemos argumentar que la retórica política de Madero busca la plenitud de lo social a través de un absoluto: el pueblo, el demos, la democracia. Ya no es lo absoluto del poder, sino el absoluto democrático del “Pueblo Mexicano” que dará legitimidad a las elecciones de 1910. ¿Quién es el elegido para contender en las elecciones de 1910 por el Partido Nacional Democrático? Es el propio Madero que inspirado por la historia, por los héroes de la “patria”, buscará abrazar el absoluto democrático a través del método de las elecciones.
 
 
Nuestro paralelo del discurso político de Madero con la idea de la retórica política de Laclau no es casual. Consideremos que el tono del discurso “espiritista” de Madero se trasluce en su libro La Sucesión Presidencial en 1910. En una comunicación espiritista fechada el 21 de octubre de 1907, su hermano Raúl le transmite el siguiente mensaje:
 
 
Querido hermano:
La lucha se acerca; para ti realmente va a principiar desde que empieces a escribir tu trabajo que tienes en preparación. Antes de la lucha pueden adquirir un gran desarrollo todas tus fuerzas, a fin de que desde la primera acometida sea mortal para tu enemigo, pues si empiezas la lucha débilmente será a la derrota a donde marcharás con seguridad y aunque después de mucho tiempo vuelvas a rehacerte, habrás perdido la principal oportunidad de prestigiarte y después tu voz no tendrá el mismo peso, y tú dejarás incompleta tu obra. ¿Qué tan incompleta será? Depende de lo más o menos fuerte que estés cuando principie la lucha […]
Raúl.[8]
 
 
Laclau analiza el discurso místico de Meister Eickhart, para encontrar el tono discursivo que hace posible la fuerza de la retórica política. El pensamiento siempre ondulante del filósofo Eickhart tiene similitudes con el discurso político siempre ondulante y difícil de asir con la razón analítica.
 
 
Así, quien se detenga a estudiar el tono discursivo de los diarios espiritistas de Madero, no encontrará un “pensamiento supersticioso” o “una locura”, sino más bien un discurso caracterizado por su fuerza interpretativa de los caminos inextricables de la voluntad, lo inaprensible para la fría razón. Laclau nos enseña que la retórica de la política descansa no sólo en el discurso racional, sino ante todo en el discurso de las emociones y la voluntad. Y es así como procede Madero, cuando señala que al examinar el escenario político del régimen porfirista la solución no radica en el diagnóstico que puede proporcionar la fría razón, sino más bien la solución va más allá: en la “creencia”, en la “fe” o en lo que llamamos “inspiración”, para construir el imaginario político de un México que luche por la democracia. En su apartado titulado ¿Estamos aptos para la democracia? Madero escribe sobre su método discursivo que abre los caminos hacia la democracia, y que constituyen una aguda crítica al status quo del régimen porfirista:
 
 
 
[…] Tenemos á nuestra disposición otros medios de investigación que, penetrando más profundamente en el fondo de las cosas, nos harán encontrar fuerzas poderosas, elementos importantísimos de combate; los mismos que han estado siempre al servicio de nuestra Patria en sus días de peligro.
Esos medios conocidos por todos los grandes hombres de la humanidad, familiares para los creyentes, y que llamamos fé, intuición, inspiración, sentimiento, nos llevan á un terreno que la razón por impotente, no puede abordar.
Esa fé es la que siempre ha inspirado los grandes sacrificios, las abnegaciones sublimes; pero no es esa fé ciega que no sabe lo que cree, sino la fé ilustrada y profunda de los clarividentes, de los que á través de la metódica y fría narración de los hechos, han sabido descubrir los grandes destinos de los pueblos y han llegado á percibir la misteriosa mano de la Providencia que solícita guía de sus pasos.[9]
 
 
 
Si asumimos el tono discursivo como fuerza de la retórica política, el libro La Sucesión Presidencial en 1910 es una pieza maestra de la lucha política por medios discursivos. Madero cree en el lector independiente como destinatario natural de su libro. En ese sentido, ¿Cuál fue el impacto inmediato de La Sucesión Presidencial en 1910 en el público lector? Me atengo a lo que señala el historiador François-Xavier Guerra: “[…] muy débil en la clase política de México, que no lo comenta, muy grande entre mucha gente hasta entonces ‘fuera de la política.’”[10] De esta forma empiezan a circular las ideas sobre la democracia, inspirada en la propia historia de México y cuyo liderazgo “espiritual” encarnaba en Francisco I. Madero, el Apóstol de la democracia.
 
 
El Madero de La Sucesión Presidencial en 1910 cree en las reglas de juego de la institución de la política, cuyo método básico son elecciones libres y la transferencia de poder por períodos de gobierno determinados, con el propósito de establecer un diseño institucional que permitiera el cambio del poder político y no la perpetuación del mismo, en breve “el sufragio efectivo, no reelección”. No obstante, su discurso de la política cambiará radicalmente hacia el discurso de lo político in extremis: la revolución. La democracia, las elecciones libres y las libertades políticas se supeditan a la Revolución, palabra indescifrable y seductora que configurara el imaginario de lo político de Madero en 1910.
 
 
 
1910: El Plan de San Luis
 
 
El polemista Francisco Bulnes con su acento irónico que lo caracterizaba llamó a Madero el “Apóstol de la anarquía”. Como sabemos Bulnes pertenecía a la burocracia porfirista y formaba parte del cuerpo administrativo de la dictadura. Desde la perspectiva de Saint-Simon,[11] Bulnes era el tecnócrata y Madero el hacedor de la política al margen de las esferas del poder hegemónico. La declaración de Bulnes  es una denuncia  contra Madero como un agitador que no cree en las instituciones, pero en lo que no cree Madero son en las instituciones del dictador Díaz, que operan sin respetar el estado de derecho.
 
 
El discurso político de Madero introduce en su imaginario político la palabra seductora: revolución. La democracia no desaparece del horizonte discursivo maderista, sino más bien se subordina a la partera de la historia, la Revolución. La institución democrática sigue siendo el ideario político de Madero, sólo que ahora la dislocación discursiva se articula a partir del ideario revolucionario. La entrada simbólica de la revolución aparece en su Plan de San Luis (1910), específicamente en el punto tres del PLAN:
 
 
 
[…] Para evitar hasta donde sea posible los trastornos inherentes a todo movimiento revolucionario, se declaran vigentes, a reserva de reformar oportunamente por los medios constitucionales aquéllas que requieren reformas, todas las leyes promulgadas por la actual administración y sus reglamentos respectivos, a excepción de aquellas que manifiestamente se hallen en pugna con los principios proclamados en este Plan. Igualmente se exceptúan las leyes, fallos de tribunales y decretos que hayan sancionado las cuentas y manejos de fondos de todos los funcionarios de la administración porfirista en todos los ramos; pues tan pronto como la revolución[12] triunfe, se iniciará la formación de comisiones de investigación para dictaminar acerca de las responsabilidades en que hayan podido incurrir los funcionarios de la Federación, de los Estados y de los Municipios.[13]
 
 
 
El cambio del discurso político de Madero, se encuentra en la dislocación discursiva de dos significantes vacíos: democracia y revolución. Dicha dislocación es el paso del respeto de las reglas del juego democrático al conflicto político. O como dice Laclau: cuando un jugador tira el tablero del ajedrez político, inicia lo político, el conflicto amigo-enemigo. Porfirio Díaz al no respetar las elecciones de 1910, tiró el tablero del ajedrez político y apareció el discurso revolucionario de Madero, en un lenguaje llano y sin el tono metafórico de La Sucesión Presidencial en 1910.  
 
 
El político de la conciencia democrática es sustituido por el político de la conciencia revolucionaria, de ahí su justificación moral de la lucha revolucionaria a sus conciudadanos:
 
 
 
Por lo que a mí respecta, tengo la conciencia tranquila y nadie podrá acusarme de promover la revolución por miras personales, pues está en la conciencia nacional que hice todo lo posible para llegar a un arreglo pacífico y estuve dispuesto hasta a renunciar mi candidatura siempre que el general Díaz hubiese permitido a la Nación designar aunque fuese al Vicepresidente de la República; pero, dominado por el incomprensible orgullo y por inaudita soberbia, desoyó la voz de la Patria y prefirió precipitarla en una revolución antes de ceder un ápice, antes de devolverle al pueblo un átomo de sus derechos, antes de cumplir, aunque fuese en las postrimerías de su vida, parte de las promesas que hizo en la Noria y Tuxtepec.
 
 
Él mismo justificó la presente revolución cuando dijo: “Que ningún ciudadano se imponga y perpetúe en el ejercicio del poder y ésta será la última revolución.”[14]
 
 
 
La revolución está justificada por la propia historia moral del dictador Díaz, argumento político del demócrata Madero, ahora marcado por la propia revolución. La otra lectura que podemos ofrecer es que la democracia es un ideal tan elevado que puede justificarse por cualquier medio, incluyendo la revolución, para realizarse en la tierra de los mortales ciudadanos. Por eso la democracia maderista va acompañada de la revolución como medio legítimo para establecer el orden institucional del estado de derecho, las elecciones libres y las libertades políticas. El mundo de lo político se puede llegar a transformar en el orden de las reglas de la política, dilema no sólo de la realidad política sino tema profundo de la teoría política: de Hobbes, pasando por Kant, al propio Laclau.
 
 
Consideraciones finales
 
 
A manera de consideraciones finales anotaré algunos puntos que considero importante destacar. El primero es de orden teórico y tiene que ver con las posibilidades de entablar un diálogo disciplinario entre la ciencia política y la historia. Y ese diálogo lo intenté esbozar a través de la teoría del discurso de Laclau y el análisis político de dos textos clásicos de la historiografía de la Revolución Mexicana, en específico La Sucesión Presidencial en 1910 (1908) y el Plan de San Luis (1910) de Madero. Los historiadores son renuentes a teorizar la historia y los politólogos son reacios a los métodos interpretativos. No obstante, como he intentado ilustrar la ciencia política puede aportar elementos teóricos importantes para la historia y la historia brinda al politólogo un laboratorio estimulante para poner a prueba sus teorías.
           
 
Un segundo punto, consiste en aportar a la lectura de los textos históricos herramientas de análisis político que permitan clarificar el discurso de los actores políticos claves, como discursos alternativos y complementarios al discurso de la historiografía. Así, la ciencia política podrá aproximarse a la historia no para sustituir la interpretación de los historiadores, sino más bien para operacionalizar ciertos conceptos relevantes de la teoría política en los discursos políticos de los actores. Por supuesto, esta es una idea tentativa desde la mirada del análisis del discurso en la ciencia política, pues también encontramos elaboraciones más articuladas desde una perspectiva histórica en los estudios sobre los sistemas electorales, las formas de gobierno o la política pública.
           
 
Finalmente, el propósito central de mi ensayo fue mostrar como el discurso político de Madero pasó del mundo de la política al mundo de lo político. Mi argumento es simple: Madero no es el demócrata que por lo general la historiografía rescata, sino también un actor revolucionario que concibió el mundo de lo político como el medio para luchar por los ideales de la democracia. La conciencia de Madero hasta 1911 estaba cruzada por dos conceptos claves de la modernidad: democracia y revolución.
 
 
Referencias bibliográficas
 
 
Carlisle, Robert B. (1974): “The Birth of Technocracy: Science, Society, and Saint-Simonians” en Journal of the History of Ideas, Vol. 5, No.3, pp. 445-464.
 
Guerra, François-Xavier (1988): México: del Antiguo Régimen a la Revolución, Vol. II, México: Fondo de Cultura Económica.
 
Krauze, Enrique (1993): “Madero Vivo” en Vuelta, No. 196.
 
Laclau, Ernesto y Chantal Mouffe (2001): Hegemony and Socialist Strategy: towards a Radical Democratic Politics, London: Verso.
 
Laclau, Ernesto (2006): “Sobre los nombres de Dios” en Ernesto Laclau Misticismo, retórica y política, México: Fondo de Cultura Económica, pp. 101-127.
 
Madero, Francisco I. (1999): “Los diarios espiritistas de Francisco I. Madero”, en Letras Libres, Febrero, pp. 8-15.
 
Madero, Francisco I. (1908): La Sucesión Presidencial en 1910, San Pedro, Coahuila.
 
Madero, Francisco I. (1910): El Plan de San Luis, San Luis.
 
McLean, Iain (2010): “Political Science and History: Friends and Neighbours” en Political Studies, Vol. 58, pp. 354-36
 
Notas
 
[1]McLean, Iain (2010): “Political Science and History: Friends and Neighbours” en Political Studies, Vol. 58, pp. 354-367.
 
 
[2]Ver la obra clave de Ernesto Laclau junto a Chantal Mouffe, Hegemony and Socialist Strategy: towards a Radical Democratic Politics, London: Verso, 2001.

[3] El facsímil de La Sucesión Presidencial en 1910  se puede bajar del INEHRM en la siguiente dirección electrónica http://www.bicentenario.gob.mx/bdb/bdbpdf/LibroSucesion1908/LA%20SUCESION%20PRESIDENCIAL%201910.pdf

[4] El facsímil del Plan de San Luis se puede bajar del INEHRM en la siguiente dirección electrónica http://www.inehrm.gob.mx/pdf/documento_plansanluis1.pdf

[5] Ver el ensayo de Enrique Krauze “Madero Vivo” en Vuelta, No. 196, 1993.

[6] Francisco I. Madero (1908): La Sucesión Presidencial en 1910,  San Pedro, Coahuila, p. 7.

[7] Ver el ensayo de Laclau Sobre los nombres de Dios en Misticismo, retórica y política (2006), México: Fondo de Cultura Económica, pp. 101-127.

[8] “Los Diarios Espiritistas de Francisco I. Madero” en Letras Libres, Febrero 1999, p. 13.

[9] Francisco I. Madero (1908): La Sucesión Presidencial en 1910, San Pedro, Coahuila, p. 289.

[10] Ver François-Xavier Guerra (1988): México: del Antiguo Régimen a la Revolución, México: Fondo de Cultura Económica,  Vol. II, p. 129

[11] Ver Robert B. Carlisle (1974): “The Birth of Technocracy : Science, Society, and Saint-Simonians” en  Journal of the History of Ideas, Vol. 5, No. 3, pp. 445-464.

[12] Cursivas mías

[13] Plan de San Luis (1910).

[14] Op. Cit.
 
 
En mi nuevo blog también se  puede leer mi ensayo Francisco I. Madero y el espacio de lo político: un análisis del discurso. Muchas gracias.
 
 
 

XCV Asamblea de la Conferencia Episcopal Venezolana

El pasado 11 de enero en su XCV Asamblea de la Conferencia Episcopal Venezolana, la Iglesia Católica de Venezuela hizo público el documento de Exhortación Pastoral, en donde reflexiona sobre la situación política por la que atraviesa el país. La Iglesia Católica Venezolana es un actor central de la vida política de Venezuela, y en este documento -que a continuación transcribo íntegro- nos recuerda los valores de la libertad y la tolerancia política en un entorno democrático.

Exhortación Pastoral
 
XCV Asamblea de la Conferencia Episcopal Venezolana

ANHELOS DE UNION, JUSTICIA, LIBERTAD Y PAZ PARA VENEZUELA

A todos los sacerdotes y diáconos, a los miembros de instituto de vida consagrada, a todos los fieles católicos y a las personas de buena voluntad:

INTRODUCCIÓN

1 Al comenzar este Año Bicentenario de la Declaración de la Independencia, los Arzobispos y Obispos de Venezuela saludamos y bendecimos afectuosamente a todos los venezolanos, y les hacemos una cordial invitación a crecer en la esperanza y la confianza en Dios, Padre misericordioso, Señor de la historia. La celebración de la Navidad nos ha recordado que “Dios es amor” (1) y que Jesucristo está con nosotros (2), para comunicarnos vida, paz y felicidad plena y eterna.

2. Reunidos en nuestra XCV Asamblea Ordinaria queremos compartir con todos los fieles católicos y con todos los hombres y mujeres de buena voluntad nuestra preocupación sobre la actual situación del país, al cual servimos con nuestra misión pastoral. Igualmente nos proponemos iluminar a la luz del Evangelio de Jesucristo, de la Doctrina Social de la Iglesia y de los principios éticos universales, la difícil coyuntura histórica que vive hoy nuestra patria. Nuestro presente llamado a la unidad, la libertad y la paz quiere ser una contribución al entendimiento político y social, a la edificación de una sociedad fundamentada en el respeto a la vida y a la dignidad de toda persona, en el imperio de la verdad y de la justicia, en el pluralismo, la inclusión social y la democracia.

SOLIDARIDAD CON LOS DAMNIFICADOS
3. Ante todo, expresamos nuestro afecto y más viva solidaridad con las víctimas de las copiosas lluvias caídas en la mayor parte del territorio nacional durante los últimos meses del pasado año 2010. Ellas, y la carencia de una política de prevención y de planificación sostenida que minimice los efectos de las catástrofes naturales, han ocasionado la lamentable pérdida de algunas vidas humanas y de numerosas viviendas, especialmente de compatriotas de escasos recursos materiales.

Damos gracias a Dios por la solidaridad y diligencia que han demostrado con nuestros hermanos necesitados los organismos del Gobierno tanto nacional, como estadales y municipales, así como instituciones, asociaciones privadas y personas particulares. La acción solidaria de la Iglesia no se hizo esperar. Numerosas parroquias, escuelas e instituciones han sido centros de acopio, y recibieron en sus instalaciones a los damnificados.

Caritas de Venezuela recibió toneladas de alimentos y artículos de primera necesidad, provenientes de comunidades parroquiales y de entidades privadas, y distribuyó dicha ayuda a nuestros hermanos, sin ningún tipo de discriminación social, religiosa o ideológica (3).

4. Ahora, pasada la etapa de la emergencia, es necesario que el Estado realice un trabajo serio, responsable y eficaz para solucionar problemas estructurales de vialidad y vivienda. Además, mientras haya damnificados en los refugios, los venezolanos hemos de apoyarlos con nuestra solidaridad concreta. En este sentido pedimos a los agentes de pastoral, y a los grupos apostólicos organizarse para continuar aliviando el sufrimiento de nuestros hermanos. Recordemos que en cada persona, y especialmente en los más necesitados, encontramos a Nuestro Señor Jesucristo (4), quien nos exige amar preferencial y desinteresadamente a los pobres.

DOSCIENTOS AÑOS DE LA DECLARACIÓN DE INDEPENDENCIA

5. El 5 de julio de este año 2011 celebraremos, Dios mediante, el Bicentenario de la Declaración de nuestra Independencia como nación. Ya en enero del año pasado, el Episcopado venezolano publicó una Carta Pastoral donde compartía con la comunidad nacional algunas reflexiones sobre el significado y actualidad de este acontecimiento para la Venezuela contemporánea (5). Hoy queremos recordar que aquella solemne Declaración de 1811 comenzaba invocando y poniendo a Dios por testigo de la rectitud de sus propósitos, manifestando explícitamente su ubicación dentro del marco espiritual de la tradición cristiana e inspirándose en ideales de libertad y de justicia, de unidad y de paz (6).

6. Los fundadores de la República emprendieron, con valentía y sacrificio, el largo camino de construir una nación libre, soberana e independiente, fundamentados en el respeto de la dignidad y en la vocación a la libertad de toda persona. El mejor homenaje que hoy podemos tributar a su memoria es honrar y profundizar, en nuestras leyes y en nuestras instituciones republicanas, los ideales que los inspiraron para buscar el bien de la Patria, y respetar la voluntad y decisión del pueblo.

LA SITUACIÓN POLÍTICA Y SOCIAL

7. En este sentido, los Obispos de Venezuela consideramos un ineludible imperativo ético y legal el respeto a la letra y al espíritu de la Constitución vigente. Ella es el fundamento jurídico del estado de derecho y la garante principal de los derechos del pueblo y de cada persona en particular, de la convivencia pacífica entre los ciudadanos y del correcto funcionamiento de las instituciones públicas y privadas.

8. Ahora bien, en diciembre pasado, en medio de la calamidad pública provocada por las persistentes lluvias, y durante el acostumbrado receso de actividades, el Gobierno y la Asamblea Nacional priorizaron una agenda ideológica destinada a la implantación de un sistema socialista y totalitario de Estado y de gobierno contrario a la vigente Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, aprobada por votación popular el 15 de diciembre 1999.

 Recordemos que la propuesta de reforma para adecuarla al actual proyecto ideológico del Ejecutivo Nacional, que excluye y discrimina a quienes no compartan la ideología socialista, fue rechazada por la voluntad del pueblo expresada en el referendum del 2 de diciembre de 2007.

9. En ese marco se ha dictado una ley habilitante que confiere poderes especiales al Presidente de la República para legislar por un lapso de 18 meses con la justificación de la gravísima emergencia de infraestructura en vialidad y viviendas provocada por las lluvias. Esta ley confiere al Presidente poderes especiales para legislar en aspectos que nada tienen que ver con dicha emergencia, y delega en el Ejecutivo una facultad extraordinaria, más allá del período para el cual fueron electos los anteriores diputados, limitando así a la nueva Asamblea Nacional en una de sus facultades esenciales. Esto es un inaceptable desconocimiento de la voluntad popular expresada en las elecciones legislativas del pasado 26 de septiembre.

10. La Asamblea, en menos de un mes, aprobó veinticinco leyes, muchas de las cuales contienen disposiciones que restringen derechos y garantías de los venezolanos, e incorporan propuestas de la reforma a la Constitución que fueron rechazadas por el pueblo en el referendum del 2 de diciembre de 2007 (7).

Nos preocupan, entre otras, las así llamadas “leyes del Poder Popular”, que confieren atribuciones a las “comunas, directamente vinculadas al Ejecutivo Nacional, con menoscabo de la forma federal descentralizada del Estado (8), pues no se corresponden con la organización político- territorial de la República establecida en la Constitución, crean unas estructuras nuevas, con un contenido ideológico excluyente, centralizador y presidencialista, e invaden el ámbito de competencias de las Gobernaciones, Alcaldías y Parroquias.

11. Leyes relacionadas, entre otras cosas, con las telecomunicaciones y la responsabilidad social de radio y televisión, con Partidos Políticos, con las Universidades – ley aprobada por la Asamblea y devuelta por el Presidente -, conllevan limitaciones a derechos fundamentales de los ciudadanos, condicionan la libertad de conciencia y pretenden afianzar el pensamiento único y la hegemonía comunicacional del Gobierno. Por otra parte el Ejecutivo prosigue las expropiaciones, sin cumplir los procedimientos establecidos en la Constitución, atentando así contra la propiedad, derecho inalienable y constitucional de cualquier persona.

12. Las nuevas leyes poco tienen que ver con los problemas reales del país. En efecto: la situación de Venezuela es ya muy grave por el auge incesante de la inseguridad y de la violencia que impera especialmente en las grandes ciudades y en las zonas fronterizas; por la contracción económica, y el progresivo endeudamiento del país; por el inmenso déficit de viviendas y los problemas en la vialidad; por el encarecimiento continuo del costo de la vida que afecta especialmente a los más pobres, y los problemas de suministro de alimentos; por la inhumana situación de las cárceles y la deficiente administración de justicia, caracterizada por el retardo procesal en la mayoría de los juicios.

En vez de resolver estos problemas, las recientes leyes crean una gravísima situación política, pues con ellas se pretende imponer a los venezolanos un sistema socialista estatizante y totalitario, que amplía el círculo de la pobreza, y agudiza la dependencia del pueblo respecto de un poder centralista. Desde el punto de vista ético, consideramos que esta manera de proceder no resuelve los problemas de la gente, cercena algunos de sus derechos, e irrespeta y desconoce la voluntad popular mayoritaria expresada reiteradamente por medio del voto.

13. La Asamblea realizó además una nueva modificación al Reglamento Interior y de Debates que minimiza al Poder Legislativo como institución democrática de representación, control y legislación, pues no sólo reduce las posibilidades de intervención de los diputados, sino que obstaculiza el funcionamiento del Parlamento, institución esencial del sistema democrático.

14. Como ciudadanos, como cristianos y pastores de la Iglesia, los Obispos no podemos callar. Jesús nos enseña que el poder no debe ser ejercido como un dominio sobre los demás, como si los gobernantes fueran dueños de las naciones, sino más bien como un servicio a todos (8). Por lo tanto, para nosotros los cristianos el poder no es un fin en sí mismo. Es un servicio de los gobernantes al bien común de todos los ciudadanos. Las autoridades del Estado no pueden asumir el control total de la vida de las personas, y tampoco establecer las condiciones para eternizarse en el ejercicio del poder. Es contrario a los valores cristianos, a los derechos humanos y al sentido común destruir al que piensa diferente, o condenarlo al silencio (9).

15. Nos preocupa hondamente la nueva radicalización política, pues sin duda provoca una gravísima situación de conflicto. En 1998, La Conferencia Episcopal Venezolana manifestó su rechazo a cualquier tentación totalitaria (10). Ahora nos encontramos ante la pretensión de imponer un sistema político socialista-marxista y totalitario, contrario al sistema democrático consagrado en la Constitución de 1999, y reafirmado con el rechazo a la propuesta de reforma constitucional. Los Obispos consideramos que esta imposición es moralmente inaceptable, pues ofende la dignidad de cada persona, creada a imagen y semejanza de Dios, desconoce la soberanía popular y vulnera gravemente el bien común, la institucionalidad democrática y los derechos de los venezolanos.

TRABAJAR POR LA PAZ : EXIGENCIA IRRENUNCIABLE

16. Por ese motivo hacemos un respetuoso pero apremiante llamado al Gobierno Nacional y a los dirigentes del partido de gobierno a que tomen conciencia de la peligrosa situación que están generando, y de la gravísima responsabilidad que tienen ante Dios y ante el país. Les pedimos respetar las exigencias democráticas del pueblo venezolano plasmadas en la Constitución de 1999, y rectificar su propósito de establecer la hegemonía absoluta del Estado sobre todos los espacios y aspectos de la vida de Venezuela. Esta pretensión compromete la libertad, la justicia y los derechos constitucionales del pueblo. Sería un gesto positivo para la estabilidad democrática si, en acatamiento a la voluntad popular expresada en las elecciones legislativas del pasado 26 de septiembre de 2010, se devolviera a la Asamblea Nacional todas sus facultades legislativas.

17. A los otros actores políticos los convocamos a trabajar firme y democráticamente en defensa de los derechos de los ciudadanos descartando cualquier tentación de fuerza. A los líderes del Gobierno y de la oposición los llamamos a la sensatez y a la reflexión, al diálogo verdadero, y a promover el encuentro y la unidad entre todos los venezolanos. Todos debemos resolver los conflictos de manera pacífica y estamos obligados a trabajar por la paz. Por supuesto, los líderes políticos deben trabajar desinteresada y democráticamente en la promoción y defensa del bien común, y de los derechos y aspiraciones del pueblo venezolano. Igualmente, los otros actores sociales, empresariales, laborales, culturales, y comunicadores sociales, tienen una responsabilidad que han de ejercer cabalmente. Todo actor social debe escuchar a la gente, estar con ella, defender sus derechos y trabajar por el bien común.

18. A quienes se sienten agredidos y angustiados por la actual situación política les corresponde constitucionalmente participar en forma responsable y activa, de manera pacífica y democrática, pero firme y decidida, en la promoción y defensa de sus irrenunciables derechos, de la libertad, de la justicia y de la paz. Todos los ciudadanos y, de manera particular los cristianos, estamos llamados a dar nuestra contribución al bien común, exigiendo con firmeza el respeto del orden constitucional y legal, y colaborando a la resolución pacífica de los conflictos. Esta es la actitud que esperamos marque el ejercicio legislativo y contralor de la recién instalada Asamblea Nacional. Nadie debe delegar en otros su propia responsabilidad de ser constructor de la paz.

19. Por nuestra parte, los Obispos de Venezuela, pastores y hermanos de todos sin distinción de ningún tipo, y consagrados por vocación al servicio de nuestro pueblo, manifestamos nuestra indeclinable disponibilidad a trabajar por Venezuela, a ser factores de unidad, y a ejercitar y a promover el diálogo constructivo entre todos los sectores de la sociedad.

CONCLUSIÓN

20. En este Año Bicentenario fortalezcamos la esperanza en Dios, fuente de todo bien, y trabajemos decididamente por una sociedad fraterna y solidaria, justa, libre y pacífica, como la que soñaban los Padres de la Patria hace doscientos años. Es preciso que todos los sectores políticos y sociales descarten la violencia verbal, legal o física como medio para resolver los problemas. Hacemos un llamado a desterrar el odio y la discordia, el revanchismo el insulto y las consignas de muerte. Se ha de respetar incluso a quienes tienen opiniones políticas diferentes. Todo se pierde con la violencia. Todo se gana con el respeto, el diálogo y el encuentro cívico y fraterno.

21. Escuchemos las palabras de Jesucristo: “Dichosos los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados los hijos de Dios” (12). Oremos intensa y confiadamente a Cristo, “Rey pacífico” (13), para que nos conceda a todos ser esforzados constructores de la paz. Colocamos estas intenciones en las manos amorosas de María Santísima, Nuestra Señora de Coromoto, a quien rogamos interceda por el futuro, la prosperidad y la reconciliación de todos los venezolanos. ¡Dios bendiga a su pueblo con la paz! (14)

Con nuestra afectuosa bendición episcopal,
Caracas, 11 de enero de 2011.
Los Arzobispos y Obispos de Venezuela. 

La hegemonía comunal en Venezuela

Leí con atención el documento que presentan Feliciano Reyna y Yolanda D’Elia titulado Documento sobre leyes que afectan democracia y derechos humanos en Venezuela. Hay que decirlo abiertamente que el análisis que presentan ambos autores sobre las últimas leyes y reformas a la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, principalmente las realizadas en el mes de diciembre de 2010, son una arquitectura legal hegemónica para consolidar el estado socialista o comunal en Venezuela. El espíritu de estas reformas van en contra de la tradición democrática de Venezuela fincada en el gobierno republicano federal, garante de las libertades políticas, cívicas y económicas.

En 1978 en su segundo artículo escrito para la revista liberal Vueltadirigida por la  figura señera el poeta mexicano Octavio Paz, el historiador Jean Meyer escribía las siguientes líneas: «Todos los países de las Américas Ibéricas, todos salvo México, Colombia, Venezuela y la pequeña Costa Rica, están gobernados actualmente por militares; sólo desde hace unos quince años Venezuela logró escapar a esos generales; Colombia recuerda todavía al general Rojas Pinilla. La única excepción, finalmente, es la de México. ¿Cómo se explica esta intervención casi universal de los militares en la política y la desaparición del poder civil? […]»

Contra la tradición democrática en Venezuela, el estado venezolano erráticamente ha vuelto al pasado autoritario al querer instaurar una hegemonía comunal en Venezuela a través de medios legales. La hegemonía comunal en «política pública» en Venezuela ha erosionado a las instituciones de gobierno en su objetivo central: como mecanismos institucionales democráticos, propios de una plaza pública conformada por ciudadanos.

Sobre la Ley de Defensa de la Soberanía Política y Autodeterminación Nacional, escriben Feliciano Reyna y Yolanda D’Elia:

«Esta nueva ley, aprobada por la Asamblea Nacional el 21 de diciembre de 2010, es una medida que viola los derechos políticos de los ciudadanos ejercidos en forma individual o a través de organizaciones, en la que de manera arbitraria el gobierno nacional puede calificar como actos «desestabilizadores e insurreccionales contra el Estado» el solo hecho de recibir financiamiento internacional o invitar al país a extranjeros que puedan expresar opiniones críticas a las conductas de las instituciones de gobierno. La reforma asimila cualquier actividad política de los ciudadanos a la de los partidos políticos, los cuales ya tienen prohibido aceptar donaciones o subsidios de compañías, Estados y organizaciones políticas extranjeras en la Ley de Partidos Políticos, Reuniones Públicas y Manifestaciones. Siguiendo la orientación de las nuevas leyes orgánicas del Poder Popular y Contraloría Social, que violan el libre ejercicio de los derechos de asociación y participación autónoma y democrática, esta reforma entiende como «organizaciones políticas» —susceptibles de «atentar contra la soberanía, la independencia de la Nación, el ejercicio de las instituciones nacionales o de las autoridades legalmente constituidas»— a todas aquellas cuyos fines sean: promover la participación de los ciudadanos en los espacios públicos, el control de los ciudadanos sobre los poderes públicos, la participación de candidatos a ocupar cargos públicos de elección popular, y la divulgación, información y defensa del pleno ejercicio de los derechos políticos de la ciudadanía.»

La nueva legislatura de la Asamblea Nacional tendrá como tarea revertir esta tendencia hegemónica del estado comunal para volver a la normalidad democrática del estado republicano federal venezolano.

The Role of Monetary Policy by Milton Friedman

En el blog de Gavyn Davies encuentro el paper de Milton Friedman publicado en 1968 en el The American Economic Review, titulado The Role of Monetary Policy, en donde fija sus ideas sobre  política monetaria. Este trabajo de Friedman es de gran actualidad para entender la política monetaria del QE2 implementado por la Reserva Federal de los Estados Unidos.